Por: Sasha Santamaría
De acuerdo con el cuadro
cronológico del historiador de moda James Laver, conocido como Ley de Laver,
donde, utiliza adjetivos para describir cómo es vista una moda luego de su
auge, según el paso de los años, una prenda es encantadora cuando aparece setenta
años después de su aparición. Este fue el lapso de tiempo, para que una prenda ícono
de otra década, usada por mujeres de otro tiempo, vuelva para disposición de
nosotras, mujeres de este tiempo, lo cual deja en evidencia, la manera en que la
moda rebusca constantemente en sí misma para renovarse, para crear novedad.
La historia de estos “nuevos”
pantalones llamados culotte, tiene sus
antecedentes en lo deportivo, aunque, una década antes, en los años veinte, las
mujeres se mostraban reacias de usar pantalones en ninguna ocasión, ni para uso
informal ni deportivo, acechadas por
ideas prejuiciosas que ponían en duda su belleza, feminidad, incluso, su condición sexual, por ser considerada
esta, una prenda símbolo de autoridad masculina. Sin embargo, el cambio de
estilo de vida que implicaba actividades de mayor movimiento, como ir de
excursión o la práctica de deportes, requería prendas acordes con estas nuevas
libertades.
Es en este momento, que aparece
la figura de la visionaria y vanguardista Elsa Schiaparelli, quien diseñó esta
prenda a partir de las necesidades de Lili Álvarez, su amiga tenista. Schiaparelli
imaginó entonces, una prenda que tuviese la amplitud de una falda y el
resguardo de un pantalón. De esta fusión de tipologías nace el culotte.
Setenta años después de su
nacimiento, en este momento de la moda donde todo es válido, e infinidad de estilismos
son posibles, podemos darle el matiz que se adecue a nuestro estilo personal.
Una silueta ideal podría estar compuesta por un crop top o una blusa holgada
con sandalias planas, flats o tenis para ocasiones informales o, una silueta
sastrera armada por un blazer o un abrigo extralarge, con botines o stilettos
para días con algo de frío.
Hay que tener presente que como
toda prenda de tendencia, no necesariamente resulta favorecedora para todas. Los
pantalones culotte, al ser una prenda con mucha amplitud, agregan volumen a la
parte inferior de nuestro cuerpo, especialmente si sobre la pretina presenta
detalles como pliegues, pinzas o tablones. La misión, es encontrar el modelo
ideal que se ajuste y potencie nuestras formas.
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