La estrategia del Helsinki Fashion Week que promete cambiar el juego de la digitalidad en la moda

 


Perspectivas de moda y virtualidad desde la capital nórdica.


Por: Sasha Santamaría (Consultora de Moda)


Finlandia es sinónimo de vanguardia en términos de desarrollo social y tecnológico; su capacidad para innovar y generar soluciones a favor del bienestar y progreso colectivo es admirada a nivel global. Este mismo espíritu se derrama en su semana de la moda; celebrada en Helsinki, su capital, la cual se ha ganado el mérito de ser el encuentro de moda más sostenible del mundo, debido a sus esfuerzos en fomentar el debate en torno a las diversas problemáticas que aquejan a la industria –sobre todo las de índole ambiental- y en consecuencia, desarrollar acciones que permitan resolverlas. Una muestra de aquello fue su concepto Eco Village que predominó en su edición de 2018, donde demostraron la posibilidad de conciliar la moda con un estilo de vida circular.

Es así como en cada edición, Evelyn Mora;  su directora y una de las voces más relevantes sobre moda y sustentabilidad; enfoca la agenda del evento alrededor de temáticas coyunturales que afectan a la sociedad. Este año, el eje central fue la sostenibilidad digital; una apuesta por trasladar los principios tradicionales de la sostenibilidad de la moda al ciberespacio. ¿De qué manera? Mediante el proyecto Digital Village, una plataforma experimental ideada para permitir a los diseñadores la exhibición de sus colecciones en un ambiente netamente virtual, con el objetivo de desafiar el sistema actual de la moda y demás industrias vinculadas, con el propósito de exponer la posibilidad de un desarrollo sostenible en un entorno digital.


La moda en lenguaje digital. Escena de la presentación de la colección de la diseñadora Tess Van Zalinge.


Otra de las premisas que avalan la concepción de esta aldea de diseño digital es evitar la contaminación creada por el desplazamiento  –aéreo y terrestre- que implica la movilización del personal humano requerido para los desfiles y, por otro lado, en lo que respecta al proceso de diseño, economizar recursos de confección, puesto que, los conjuntos que se encuentran exhibidos en la web son elaborados únicamente bajo pedido.

Incluso, otro de los grandes motores de esta idea de indumentaria virtual es contrarrestar la contaminación causada por el excesivo consumo de moda rápida; de prendas que son adquiridas simplemente para ser fotografiadas y presumidas en redes y, posteriormente, desechadas o destinadas al desuso.

Tomando en consideración estos aspectos, esta experiencia permite al usuario la creación de un perfil y con ello, el pase para pre-ordenar las prendas físicas de treinta y cuatro diseñadores de diferentes orígenes y sensibilidades, sumado a la posibilidad de obtener una versión digitalizada de estas prendas para poder vestirlas en distintos escenarios virtuales; redes sociales, realidad virtual e incluso, en videojuegos. Sí, suena irreal, puesto que la gran interrogante recae en la garantía de posesión de una pieza que solo existe en un mundo intangible. La encargada de custodiar estas prendas digitales es Lukso, empresa de blockchain que permite almacenar, transferir, administrar e intercambiar –sí, existe la posibilidad de intercambiar ropa con otros usuarios- bienes digitales. Esta plataforma tiene la responsabilidad de resguardar el vestuario virtual –que podrá usarse las veces que se requiera durante un tiempo indefinido- y de entregar un documento que certifique esta posesión.

Las propuestas de estilismo son variadas, van desde las más extravagantes como los ensambles de la colección Catholic Fairytales del diseñador británico Patrick McDowell; en clave minimalista como los conjuntos monocromáticos de la marca Openplan e incluso; si se desea crear una imagen fantasiosa, la diseñadora Yifan-Pu plantea la opción de lucir como una sirena de una película de ciencia ficción. No existen imposibles en la construcción de la apariencia para la virtualidad –los filtros de Instagram son otra prueba de ello-.


Diseños de Openplan, Yifan-Pu y Patrick McDowell. 


Entretanto, el proceso de digitalización de las colecciones fue llevado a cabo por Scotomalab, un estudio textil 3D con base en París que se encargó de digitalizar cada una de las prendas; en base a las indicaciones recibidas por los diseñadores, algo que da luces de nuevos oficios en la industria a propósito de la efervescencia de la virtualidad.

Una de las propuestas que cautivó a los usuarios digitales –quienes se encargaron de viralizar esta colección- fue la de Nece Gene, cuyas piezas en denim que conforman “Redo Denim”, proyecto de indumentaria de Neha Celly; su diseñadora, que en un ejercicio de upcycling recuperó desechos de este tejido para transformarlos en piezas casuales con terminaciones de alta costura; reflejadas a través de la aplicación de texturas que evocan al agua en sus diversos estados; olas, cascadas, paisajes acuáticos, utilizando el recurso de gradación; agrupando retazos de este material según el color, logrando un efecto de progresión cromática.


Conjuntos de “Redo Denim”, proyecto de la marca Nece Gene.


En definitiva, Village Digital propone alternativas aterrizadas en respuesta a los desafíos que implica la adaptación de la moda en el ámbito de la virtualidad. Aunque sus gestores advierten que se trata de una iniciativa que se encuentra en un estado de prueba, su planteamiento podría fácilmente replicarse en otras latitudes.

Si eres diseñador, ¿optarías por desarrollar una colección virtual para ahorrar recursos durante la fase de prototipado? Si interactúas gran parte de tu día en entornos digitales, ¿comprarías ropa que únicamente podrías lucir en aquellos contextos? Parece que el futuro que veíamos tan lejano ha llegado.

 

*Publicado en Revista COSAS Ecuador: https://cosas.com.ec/la-estrategia-del-helsinki-fashion-week-que-promete-cambiar-el-juego-de-la-digitalidad-en-la-moda/ 



Seis marcas de accesorios que celebran la artesanía ecuatoriana en sus diseños



Complementos con sello autóctono hechos cien por ciento en Ecuador.


Por: Sasha Santamaría (Consultora de Moda)


La reivindicación de los saberes artesanales es una de las características que distinguen al diseño latinoamericano; cualidad que ha tomado una fuerza especial durante estos últimos años, sobre todo, en las propuestas de las nuevas generaciones. La recuperación y revalorización de técnicas ancestrales para evitar su extinción, parece ser el factor que motiva a creadores a realizar alianzas con artesanos y así, en conjunto, concebir un marco creativo donde lo autóctono y lo contemporáneo se toman de las manos para crear una narrativa que cautiva por su sincretismo.

Nuestro país cuenta con un invaluable repertorio de saberes artesanales, algunos concebidos en tiempos precolombinos; como la hechura del sombrero toquilla –reconocido por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad- y otros; producto del mestizaje. Y es que su fineza, laboriosidad y precisión en el detalle son virtudes que por demás permiten categorizarlas como Alta Costura. Si Francia tiene a Lesage y a Massaro, Ecuador tiene a sus tejedores, bordadores y demás hacedores del oficio artesanal.

Creemos que son tiempos para aprovechar nuestra plataforma para dar a conocer aquellas propuestas cuya trazabilidad está permeada por un ímpetu local en su totalidad; desde su materia prima hasta su mano de obra. Estas marcas de accesorios son muestra del trabajo artesanal de alta calidad con sello ecuatoriano.


Argó

Argó es una marca de joyería que nace de la sensibilidad conjunta de Adriana Landívar y Juan Neira, una pareja de esposos y artistas plásticos cuencanos que hace 25 años decidieron iniciar su camino en la rama de la joyería artesanal; concibiendo una propuesta de diseño que resalta la identidad andina de la ciudad de Cuenca. Así; flores, colibríes y colores que evocan los paisajes del austro, se amalgaman en sus joyas de plata y baño de oro; que ambos concretan a través de técnicas como la filigrana, el esmaltado y el grabado a buril. Resaltan con mucha gratitud el apoyo recibido por el CIDAP (Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares), institución que los ha capacitado y encaminado en el desarrollo de su concepto de joyería “ancestro-artesanal”. En 2019, su destacada trayectoria les hizo merecedores de la presea Gaspar Sangurima; reconocimiento otorgado por la Municipalidad de Cuenca.




Shigras del Ecuador

“El mundo es pequeño para la infinidad de técnicas artesanales del Ecuador” expresa Paúl Vásconez, publicista y fotógrafo guarandeño; gestor de Shigras del Ecuador, proyecto que creó en el 2011 con el propósito de revalorizar, visibilizar y proyectar a nivel internacional el trabajo manual de mujeres artesanas de Simiatug, la montañosa y gélida parroquia del cantón Guaranda. La shigra es uno de sus productos emblema, cuyo desarrollo inicia con el cultivo, secado y tinturado del penco; fibra que es utilizada para tejer los bolsos y otros productos; aplicando el “shigreado”, una técnica de costura punto por punto que permite construir la base del bolso; instancia de partida para que las artesanas proyecten en los tejidos los colores de los paisajes de su tierra y las escenas de su diario vivir; pieza que les demanda un mes de confección. Paúl indica que estos diseños han cruzado fronteras; llegando a comercializarse en ciudades como Londres, Berlín y Bangkok.









Andrea Tello

En julio del 2003, Andrea Telloartista de joyería, regresaba al país luego de haber culminado sus estudios de Arte en Estados Unidos. Descendiente de una familia de joyeros y con este legado a cuestas, decide emprender su marca homónima con el propósito de rescatar y modernizar la técnica de la filigrana; trabajando sus piezas con plata obtenida en zonas cercanas a Cuenca; su ciudad natal. Bajo la convicción de evitar la desaparición de esta técnica, decide capacitar a jóvenes de las comunidades de Gualaceo y Chordeleg, para brindarles una alternativa de trabajo y así evitar que abandonen el país de manera ilegal en búsqueda de oportunidades. A través de estos 17 años de trayectoria, la diseñadora ha formado a jóvenes artesanos de entre 25 y 35 años, quienes le han ayudado a materializar sus joyas inspiradas en la cosmología andina –disciplina que estudió por un año-, procurando así, la conservación de esta milenaria técnica azuaya.





Minti

Minti es una marca familiar conformada por Maribel Almeida; fundadora y directora creativa, Galo Almeida; ebanista-carpintero autodidacta y Andrea Almeida; fotógrafa profesional. Ambos aunaron esfuerzos para alumbrar este proyecto de diseño de objetos esenciales elaborados en madera. Ellos apuestan por el valor de lo hecho a mano y el comercio justo. Resulta destacable la manera en que aprovechan los sobrantes generados en el taller de carpintería de Galo para realizar sus piezas; fragmentos de cuero, teca, pino y ciprés que recuperan para ensamblar sus bolsos de impronta geométrica y atemporal.
“Estamos seguros de que el nuevo lujo es lo hecho a mano” señala Maribel y nos brinda detalles de “Mis Andes”, su próxima colección en homenaje a Los Andes de Ecuador, Perú y Bolivia; que desarrollará en conjunto con KUN Eco Fibers, un emprendimiento de fibra de alpaca y oveja que trabaja con comunidades andinas.








Conya

María Emilia Contreras es la mente detrás de Conya, una marca que vio la luz en diciembre del 2016. Amante confesa de nuestro país, de sus paisajes y su gente; uno de sus sueños al emprender este proyecto fue trabajar en conjunto con artesanos, a quienes ve como “maestros expertos en técnicas milenarias que vienen desde hace siglos enseñándose de generación en generación”. De esta manera, la naturaleza y mano de obra artesanal ecuatoriana se convirtieron en las bases fundacionales de su marca.  Estos preceptos se reflejan en sus “orquídeas”; las piezas estrella de Conya, un motivo que deviene de la flora amazónica y que es trabajado por Rosita, artesana saragureña que aplica su técnica de tejido en mullo para elaborar cada una de las flores. Así, según los requerimientos de sus colecciones, Emilia localiza a los artesanos, los visita en sus comunidades, les presenta sus ideas para posteriormente, dar inicio a la dinámica de co-diseño.





María Amazonas

Isabella María y Denisse María son las artífices de María Amazonas, una marca que gestaron en julio del 2018 bajo la premisa de crear carteras de paja toquilla con un giro urbano, para ser vestidas en la ciudad, agregando un componente de tendencia. La inspiración para sus diseños la encuentran en la biodiversidad de nuestro país, y para concretar sus piezas, recurren a la destreza manual de un grupo de artesanas de la sierra; quienes se encargan del teñido y tejido de la paja; utilizando su técnica de crochet a dos hebras; para en dos o cuatro días culminar uno de los bolsos.

Isabella explica que al momento se encuentran desarrollando talleres de capacitación para formar nuevas artesanas y en efecto, generar empleo para las mujeres de la comunidad.






*Publicado en Revista COSAS Ecuador: https://cosas.com.ec/seis-marcas-de-accesorios-que-celebran-la-artesania-ecuatoriana-en-sus-disenos/


A favor de las tendencias




Por: Sasha Santamaría (Consultora de Moda)


Si hay algo en que los destacados conocedores de la moda coincidieron en vista de la inesperada pandemia, fue en la necesidad de la revisión y replanteamiento de ciertos aspectos que vienen generando incomodidad desde hace algún tiempo en la industria pero que no se habían querido tratar. Las condiciones obligaron al inicio de la discusión sobre el cambio de ciertas mecánicas, intención que se consolidó en iniciativas como Rewiring Fashion en la que diseñadores y otros actores abogaban por la ralentización de los tiempos de producción como medida para contrarrestar el exhaustivo ritmo de desarrollo de colecciones. En consonancia con las exigencias de este colectivo, Alessandro Michele –la mente luminosa detrás de Gucci- decidió también elevar su voz expresando su deseo de “alejarse de la tiranía de la rapidez que humilla la creatividad”. Así, se hicieron públicas diversas problemáticas que aquejaban a los principales hacedores de la escena.

Las tendencias son conceptos que nutren y a la vez, refrescan el imaginario de la moda. Foto: Giovanni Giannoni/WWD

Otro de los aspectos discutidos ha sido el sentido y relevancia de las tendencias, a consecuencia del reclamo de los diseñadores por preservar su autonomía creativa; la interrogante empezó a circundar a la que se considera una de las cualidades inherentes de la moda, algo que le ha valido una connotación poco favorable, puesto que se la acusa del excesivo recambio, de mantener vivo el deseo de posesión constante, de dictaminar lo que se usará y lo que no, de establecer la brecha entre lo moderno y lo obsoleto. 
Pero es esta criticada condición la que le ha permitido a la moda mantener su vivacidad, conservarse perenne, la que la vuelve dúctil frente a toda circunstancia epocal, porque la moda se sostiene gracias al cambio, a la renovación, y negar esta, una de sus características intrínsecas, significaría dar por sentado el desvanecimiento de su esencia; sería mermar su entusiasmo por generar novedad, resignarnos a un estancamiento estético. 
La historia señala que han sido esos momentos que emergieron como modelos de ornamentación pasajera los que lograron moldear el espíritu de determinados tiempos. De no haber visto la luz por querer conservar la tradición, en la actualidad no podríamos disfrutar de la mini falda que surgió bajo el amparo de la efervescencia juvenil de los sesenta, al igual que el smoking femenino que Yves Saint Laurent consumó con la excusa de vestirnos en igualdad de condiciones frente a los hombres, invenciones que en su momento fueron lapidadas y catalogadas como “tendencias” con pronta fecha de caducidad.

Lo que intento señalar es que se está satanizando un recurso que como otros que ofrece la moda, si es bien usado y se conoce las maneras para sacarle provecho en beneficio del vestir personal, resulta una significativa ayuda para actualizar y energizar el vestuario sin que esto signifique lucir como su víctima.
Lo oportuno es saber filtrarlas para elegir aquellas que resulten afines al estilo personal y que en efecto, provoquen un resultado positivo. De esta manera, en primera instancia, podrás filtrarlas de acuerdo al ánimo de tu estilo; ya sea te identifiques con lo romántico, lo minimal o lo andrógino, acoge aquellas que encajen con tu sensibilidad. Una tendencia de maxi flores seguro te funcionará si tu estilo es romántico. Entretanto, un blazer oversize de líneas masculinas irá en sintonía con tu gusto si te identificas con el confort de la sastrería.





Otro criterio de selección se basa en la escogencia de aquellas que permitan modificar la figura para lograr un equilibrio visual. Para ilustrar esta idea, tomaremos como referencia las mangas extra voluminosas, uno de los gestos de moda sobresalientes de la temporada. Podrás utilizarlas para armonizar tu cuerpo si tus hombros resultan estrechos en comparación con la zona de tus caderas. O en otro caso, si deseas definir la zona del abdomen puedes recurrir a piezas inferiores de tiro alto -otra gran tendencia de este 2020- para crear la ilusión de cintura.




Los complementos son otra manera de adicionar tendencias a tu estilo y así, otorgarle una apariencia contemporánea. Si eres de las que prefiere un estilismo net de impronta limpia esta clave es para ti. A través del calzado, bolsos o accesorios podrás inyectar una dosis de vanguardia sin alterar la neutralidad de tu estilismo.



Como recomendación final, prefiere siempre aquellas que no resulten histriónicas  –¿recuerdas la tendencia de la logomanía?-, puesto que generalmente son las que tienen un corto período de vigencia, lo que significa que lucirán “pasadas de moda” en poco tiempo y probablemente, no querrás volverlas a usar. Una inversión segura es apostar por las que demuestren discreción en su diseño, ya sea a través de la silueta, estampado o textura.