Ítem de estilo: El pequeño vestido negro


Por: Sasha Santamaría



A la moda, hay que agradecerle por aquellas piezas que son inmunes al humor inconstante de las tendencias, aquellas prendas catalogadas como clásicas, dignas de ocupar los principales percheros del armario femenino.

Una de aquellas piezas, el pequeño vestido negro o little black dress, el cual apareció  en medio de la algarabía y exceso ornamental de los años veinte cuando su creadora, Gabrielle Chanel, hastiada de aquel bullicioso vestir, decretó que todas las mujeres de su época vestirían bajo la rigurosidad del negro.

Desde aquel momento hasta la actualidad de nuestros días, es posible disfrutar de la libertad, sofisticación y sensación de estar bien vestidas en cualquier ocasión gracias a esta prenda, cuya nobleza radica en su posibilidad de ser re interpretado a voluntad del estilo de quién lo va a vestir. La legendaria Iris Apfel en su epónimo documental, recuerda estas palabras de su madre: “Cómprate un sencillo y buen vestido negro, que luego puedas transformar como quieras”. Así, este lienzo negro puede estilizarse según visos del romanticismo, el rock o el minimalismo. La clave está en escoger el que mejor se adapte a nuestra silueta y en consecuencia, adornarlo según las motivaciones de nuestro gusto personal.  

Nosotros, para esta producción, decidimos mantener su sencillez y acompañarlo simplemente con un toque de color gracias a estas lindas sandalias de Espíritu Santo

Y ustedes, ¿de qué manera deciden estilizar sus vestidos negros? 







* Fotografía gracias a: Daniel Rey

Año nuevo, estilo nuevo

Por: Sasha Santamaría



La llegada de un nuevo año genera una mezcla de emociones con esperanza de nuevos cambios, nuevos propósitos y sueños que deseamos se hagan realidad en el año que está por venir. Entonces, unos días antes de que termine el año, realizamos una lista en la que escribimos anhelos de felicidad, éxito y armonía para distintos ámbitos de nuestras vidas. Amor, profesión, viajes, suelen ocupar nuestras primeras líneas, pero, ¿qué hay de nuestra imagen?

Día tras día, una de las primeras actividades que realizamos es vestirnos. De hecho, el vestir es un acto recurrente en nuestras vidas. Necesitamos vestirnos adecuadamente –dentro de nuestras posibilidades y nuestras motivaciones- para el trabajo, para la universidad o para aquellas ocasiones especiales de la vida. Ahora que entramos al segundo mes del año, estamos a tiempo para determinar aquellos cambios que podemos realizar para refrescar nuestro estilo personal.

Con las siguientes pautas, podrás inspirarte para continuar el año con un estilo renovado:

-Dile sí al color: Está comprobado el poder que tiene el color para influir en nuestro estado de ánimo. Lo sintieron alguna vez? No es lo mismo vestirse con la rigurosidad del negro –ideal para proyectar autoridad- que decantarse por la frescura y tranquilidad del celeste o la vivacidad del verde. Si el paso de tonos neutros a color te resulta algo agresivo, puedes empezar incorporando el color en accesorios o eligiendo prendas que lo lleven en pequeños detalles

-Nuevas combinaciones: No es tarea fácil arriesgarse a combinar colores puesto que el resultado- si no se cuenta con un sentido estético desarrollado- puede llegar a ser poco armonioso. Una manera sencilla de lograrlo es combinando un color en diferentes matices, por ejemplo, un rosa claro con uno oscuro. Un consejo: mirar en la naturaleza, en ella se encuentran las combinaciones más exactas y auténticas que incluso inspiran a muchos diseñadores

-Siluetas diferentes: En la moda, la silueta es el recurso utilizado para definir el contorno visual de una prenda. Cada silueta está cargada de connotaciones diferentes, puesto que representan el ánimo de vestir de una época determinada. Por ejemplo, aquella silueta amplia en forma de flor que se agranda desde la cintura, representa el regreso de la feminidad de los cincuenta. Entonces, si la intención que deseo para mi vestir es conectarme con mi feminidad, puedo decidirme por faldas y vestidos de esta línea. Por otro lado, si mi vestir está regido por la sensualidad de amplios escotes y prendas que se ajustan al cuerpo, puedo experimentar con prendas de siluetas flotantes u oversized que en lugar de exponer, revelan discretamente.

-Un sí también a las estampas: Los estampados y su infinidad de motivos aportan el toque de humor a nuestro vestuario, además de que ayudan a romper con lo clásico, otorgando un aire audaz y dinámico a nuestro vestir.

-Más faldas y más vestidos: Tanto el jean como los pantalones se han instaurado como prendas referentes de comodidad y practicidad en nuestro guardarropa, puesto que nos permiten movernos libremente. Sin embargo, las faldas y los vestidos también son complacientes con este requerimiento, pero, por alguna razón, las hemos relegado para compromisos especiales. Qué tal si empezamos a incorporarlas en nuestros conjuntos de día a día? Nada como la sensación de caminar con un lindo vestido o falda que se mueve al ritmo de nuestro andar.

-Universo stiletto: Además de las faldas y vestidos, otro accesorio de la moda que simboliza feminidad son los tacones. Destacados creadores como Manolo Blahnik y Edgardo Osorio de Aquazurra, señalan aquella fuerza y cambio tanto como de postura y actitud que un par de tacones es capaz de concederle a la mujer. Para las más hábiles, se encuentran aquellos de alturas imposibles. Para las menos experimentadas, están los zapatos con taco tipo chino o kitten heel. Lo importante es atreverse a experimentar aquella sensación de sentirse elevada sobre un pedestal.

-Labios rojos: Algo tan sencillo como aplicar un labial de este color puede mejorar tu ánimo, tu actitud y tu día

-Viste una sonrisa!: Sí, una buena actitud también cuenta y combina con todo

Cuál de estas pautas te gustaría poner en práctica para renovar tu estilo?