Por: Sasha Santamaría
El vestido negro, la camisa
blanca y el blazer son algunos de los ítems que aseguran un fondo de guardarropa
duradero. A este grupo de prendas eternas, sumamos una selección de nuevas piezas que consideramos como nuevos básicos
para incluir en el armario debido a su versatilidad para ser usados en diversas
ocasiones, además de ser altamente combinables con aquellos clásicos de vestir
tradicionales:
La blusa drapeada
De caída y tacto suave, lánguida en tela de seda o en satén, da una
imagen sofisticada y femenina, tanto para ocasiones laborales o sociales.
El pantalón de cuero
Sintético o de textura engomada, es una prenda que evoca un
ánimo rocanrolero. De día con chatitas o botines bajos y de noche con stilettos,
con un top de género liviano o de encaje para aportar un toque de romanticismo
al conjunto.
La falda plisada
El plisado se quedó para
instaurarse como una de las texturas favoritas de la moda, además de que resulta favorecedora al momento de estilizar ya que sus líneas verticales visualmente
afinan la silueta. Otro punto a favor: Una falda tan romántica y bonita como
esta luce igual de sofisticada tanto de día (casual con zapatos deportivos) como de noche (ocasión formal con tacones).
El vestido “joya”
Como alternativa del habitual
vestido negro, aparece este tipo de vestido cuyo trabajo de bordado refiere a
su nombre. Un consejo: Es mejor prescindir de accesorios cuando lo uses, así
evitas recargar el look procurando que el eje del estilismo sea el vestido.
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