Por: Sasha Santamaría
Una de las tendencias populares
para esta temporada presenta a uno de mis colores favoritos como protagonista
absoluto: el blanco. No concibo algún otro color que tenga esa clase de presencia
tan prístina y acogedora al mismo tiempo.
Llena de calma cuando es usado en alguna prenda sobre el cuerpo, podemos
sentirlo. Aporta frescura, luz y puede transportarnos a lugares de descanso y
silencio.
El dictamen para este verano pide
llevarlo en conjuntos totales: “Total White”. Para personalizar y descontracturar este concepto
de moda, podemos sentirnos libres de aventurarnos con estas pequeñas pautas:
Juego de tonos: podemos
incorporar en un mismo conjunto dos tonos
diferentes de blanco: por ejemplo, uno más cálido (blanco hueso) para la prenda superior y uno más frío para la prenda inferior (blanco tiza).
Contraste de texturas: tejidos
que reflejen luz (satén, seda) sobre tejidos opacos (gaza, algodón, lino). Otra
opción, contraste por texturas táctiles a través de plisados, lentejuelas,
encajes, brocados, bordados.
Acentos de color: utilizando joyería maximalista: decidir por un par de aros, un anillo o un collar de tamaño importante que destaque por su
color o materialidad.
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