Feminismo, Blazers y Power Dressing


Por: Sasha Santamaría




Uno de los aspectos que más me fascinan y me cautivan de la moda, es que no se trata únicamente de un simple vestido, sino que es un espejo de lo que sucede en la sociedad. Por ello, no es casualidad que en este tiempo donde se habla mucho de feminismo y del empoderamiento de la mujer, la moda demuestra que ella también puede ser una aliada para acompañar/vestir esta causa –no está demás revisar la colección SS 2015 de Chanel-.

Así, estamos experimentado una vuelta al power dressing que colmó la moda femenina a fines de los ochentas. Sí, aquella época en donde las mujeres vestían con blazers de hombreras prominentes lo que las volvía visualmente intimidantes; su armadura para intentar conquistar los ámbitos laborales exclusivos de los hombres.

En esos años, la estrategia era vestirse como ellos para ingresar en aquellos espacios donde la participación de la mujer era escasamente permitida. Para visualizar este estilismo, podemos evocar la imagen de Margaret Thatcher ataviada en su clásico power suit.

Ahora, en este último tiempo donde la causa feminista ha tomado fuerza, la moda trae de vuelta este power dressing pero suavizado bajo la consigna del “utilitarismo femenino”; es decir, sastrería confortable pero femenina, destacando una de las piezas emblemáticas de este estilo: El blazer.

Decretado como una de las prendas de tendencia para esta temporada, el blazer parece ser la pieza de moda escogida para vestir el ánimo feminista de esta época y evidentemente, su practicidad y versatilidad son virtudes suficientes para designarle aquella distinción.

No hay un criterio o condición fija para vestirlo, va bien en cualquier momento del día y ocasión. Su logro es que permite que siempre estemos “bien vestidas”. Al menos así me hace sentir mi blazer favorito -uno negro de Esprit que conseguí en una tienda vintage-, siempre me salva y se adapta a todo; pasando por un look casual de jean y zapatos deportivos hasta vestidito negro y taconazos para la noche.

El único detalle para tomar en consideración al momento de adquirir uno es que sea lo suficientemente holgado –sobre todo en la parte de las mangas- para que no dificulte el movimiento. También hay que cuidar que el corte de la manga repose justo sobre la línea de la sisa -el corte que va sobre la axila-. El resto es pura imaginación.

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