Por: Sasha Santamaría
Imágenes cortesía de Inexmoda
Para la moda, Colombia está de
moda. Podemos señalar como primer indicio de esta fijación, la acción
realizada por Marni el año pasado durante la Semana del Mueble en
Milán donde, teniendo como fondo una performance de cumbia, la marca presentó indumentaria, mobiliario y accesorios inspirados en la artesanía colombiana.
Una evidencia más actual de este flechazo, la colaboración realizada
entre Colette y Esteban Cortázar.
Existen razones de más para fijar
la mirada en Colombia y su moda. Justamente, hace unos días, en la ciudad de
Medellín; centro textil del país, se celebró Colombiamoda, la plataforma de
moda más importante del país y probablemente de Latinoamérica.
Luego de ver los
desfiles y presentaciones, la gran conclusión que me dejó esta edición, es que
la moda colombiana puede definirse como glocal;
es decir, es una moda que valora y se muestra orgullosa de su identidad pero, logra proyectarse de una forma que puede ser leída y entendida de manera internacional. Ser global abrazando lo local.
Como ejemplo de esta idea, tenemos el caso de la diseñadora Johanna Ortiz cuya afinidad por los volados -representativos de su feminidad costeña- coincidió con el
boom de la rufflemanía.
Otro concepto precioso que
aparece en el discurso de la moda colombiana es el de la neoartesanía,
que resulta del concilio entre lo folclórico y lo contemporáneo.
Esto se
traduce en piezas que aluden a lo autóctono; tanto por su estética y materialidad, sumado a la dinámica de diseño colaborativo entre artesanos y diseñadores.
A partir de
esta alianza, se recuperan y visibilizan técnicas artesanales ancestrales, las
cuales se actualizan y resignifican según el gusto moderno, tal como lo demuestran estas
piezas del proyecto Artesanías de Colombia:
O estas carteras de línea minimalista y reminiscencia precolombina creadas por Bibiana Hernández:
Este reconocimiento hacia
los artesanos me recuerda a una idea que elaboré mientras
desarrollaba mi tesis: Si París tiene sus talleres de alta costura, nosotros en
Latinoamerica tenemos a nuestros artesanos y su bagaje artesanal. Y atentos
con esto porque según WGSN, luego de tanto consumismo desaforado y objetos
descartables, experimentaremos –en buena hora- un regreso a lo artesanal.
Siguiendo con el hilo de la
identidad, otro detalle presente en las colecciones son los volados y el escote off
shoulder. Si bien hace unas temporadas estos dos detalles vienen marcando tendencia, en la escena de moda colombiana persisten como un gesto que
evoca al vestir femenino tradicional de las mujeres de la costa; la blusa
campesina que descubre los hombros y que también forma parte de la indumentaria
de países como Ecuador, Venezuela y Panamá.
Las propuestas de Alexandra
Bueno y María Luisa Ortiz+ Diego Garnizo ratifican en sus diseños este rasgo caribeño:
Alexandra Bueno |
Alexandra Bueno |
Maria Luisa Ortiz+Diego Garnizo |
Maria Luisa Ortiz+Diego Garnizo |
Por último, les comparto mi selección de looks favoritos:
Black & White Chicness por Pempa Pombo |
El tailleur tropical de Atelier Crump |
El vestido net por Mulierr |
La monoprenda con el detalle statement de María Elena Villamil |
El vestido ´joya´ de Andrés Pajón |
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