La piel. Nuestra barrera
protectora ante el exterior, soportando los estragos del día a día, vulnerable
al sol, frío, calor, contaminación, factores que maltratan y restan vigor a nuestro rostro, es por ello
fundamental contar con una rutina de cuidado que permita a la piel
recuperarse, regenerarse, y es dentro del mundo de la naturaleza donde encontramos aliados para realizar estos cuidados.
La sábila, miel de abeja y la
avena son los principales ingredientes que utilizo al momento de preparar
mascarillas para recobrar la energía de mi rostro. Cuando siento mi piel
lastimada por el frío o enrojecida por
el sol froto sobre mi cara un pequeño pedazo de cristal de sábila, gracias a su
alto contenido en vitaminas, minerales y nutrientes es un gran calmante y
cicatrizante.
Para los días en los que mi piel
necesita hidratación extra, aplico una capa de miel de abeja, dejo actuar 15
minutos y luego retiro con agua tibia.
Para poder minimizar la oleosidad
del rostro preparo una mascarilla de avena, yogurt y gotas de limón.
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