El maquillaje como truco femenino
para reavivar nuestro rostro es considerado una herramienta infalible para
destacar nuestros rasgos, debiendo ser utilizada con prudencia y sobriedad.
Antes de aplicar maquillaje sobre
el rostro es importante poder trabajar sobre una piel en buen estado, debidamente
limpia, hidratada, sin rastros de resequedad. Personalmente desisto de usar
maquillaje en demasía o únicamente para salidas en la noche( casi nulas porque prefiero los paseos hasta la media tarde). Utilizo realmente
muy poco maquillaje, me siento cómoda en mi propia piel. De hecho tengo un par de cicatrices, una sobre
mi mejilla derecha,(muy difusa por el paso del tiempo) hecha por mi gato
Filomeno cuando tenía 9 años. La última cicatriz la tengo bajo la ceja de mi
ojo derecho, hecha por mi gata de ese tiempo hace unos 5 años, y no me preocupo
por “ocultar” estas imperfecciones, es más, me provoca mucha gracia cuando las
personas me quedan mirando y me hacen preguntas acerca del origen de estas
cicatrices, y procedo a contarles la historia que hay detrás de cada una de
ellas. Así como sucede en la vida, detrás de cada cicatriz hay una historia de
dolor que fue superada para luego ser recordada con una sonrisa porque a pesar
de todo se salió victorioso de esa lucha.
Retomando el tema del maquillaje,
es un recurso que uso muy poco, con mesura, evitando sentirme desconocida
frente al espejo a causa del exceso de producto. Lo primero que hago es lavar
mi cara con un gel especial elaborado por mi dermatólogo, luego rocío sobre mi
cara un poco de agua termal. Con el rostro limpio aplico un poco de crema
humectante y doy pequeñas palmaditas con mis dedos para estimular la circulación
y obtener un poco de brillo. Me preocupo también por tener mis dientes
impecables, libres de residuos de comida y con un tono agradable, sé que soy un poco tímida y al momento de presentación con otras personas prefiero
darles una gran y cálida sonrisa, así luego no tendré que hablar mucho.
Como maquillaje base utilizo un
polvo compacto bastante ligero e hipoalergénico, adecuado para mi tipo de piel.
Nunca usé base líquida, me da la impresión de que es muy pesada y sentiría una
pasta sobre mi cara. A veces, aplico un pequeño punto de corrector de ojeras y
difumino. Otras veces prefiero dejar libre de producto esta zona del rostro,
porque me parece que las ojeras o bolsitas le dan un toque encantador y real a
la cara. Luego aplico un poco de rubor sobre mis pómulos.
En cuanto a mis ojos, me gusta
mucho la forma que tienen (son rasgados) y trato de destacarlos con rímel o con
un delineado mediano realizado con lápiz crayón, que tiene un trazo más suave
que un delineador líquido. No utilizo sombras, alguna vez intenté realizarme un
maquillaje difuminado con sombra negra pero me sentí demasiado maquillada.
Por último, tomando en cuenta el
tono de mi ropa (siempre en tonos neutros), aplico un labial rojo el cuál me
ayuda a realzar todo el conjunto visual. Hay ocasiones en que desisto de
realizar todo este proceso y simplemente aplico un poco de crema hidratante
sobre mi rostro y únicamente aplico labial rojo sobre mis labios y me siento
lista para salir.
El labial rojo es el ítem al cual
recurro siempre ya que destaca mi sonrisa, siendo esta mi primer recibimiento
para con los demás.
Como pequeño ritual, para
sentirme relajada cierro los ojos por un momento y pienso en algo lindo, eso le
da un brillo especial a mis ojos y me gusta que la gente con la que voy a
reunirme lo note porque es lindo que te vean y te sientan feliz, poder
transmitir vibraciones agradables.
Pienso que es esencial el hecho
de sentirse bien con una misma y ese bienestar poder proyectarlo al exterior. Me
parece que esta es la verdadera seguridad, y es algo que ningún maquillaje
puede emular.
excelente aporte sasha... éxitos en tu carrera...
ResponderEliminarGracias por tus cálidas palabras Javier!
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